Rodolfo y Foti en el Parque de los Sueños

por Juanu Haedo
14 mar 2025
Rodolfo y Foti en el Parque de los Sueños

Había una vez, en el conurbano bonaerense, un parque muy especial llamado el Parque de los Sueños. Allí vivían muchos animalitos, pero los más divertidos eran Rodolfo, el conejo saltarín, y Foti, el simpático zorrito.

Rodolfo tenía orejas grandes y suaves, y Foti tenía una cola esponjosa y brillante. Juntos eran los mejores amigos y les encantaba explorar el parque cada día.

Un soleado día, Rodolfo y Foti decidieron ir a jugar cerca del estanque grande que había en el parque. En el camino, vieron a muchos animales diferentes: pájaros de colores, mariposas que brillaban al sol, y hasta un pato que hacía cuac cuac.

Cuando llegaron al estanque, Rodolfo y Foti vieron algo sorprendente. Había una tortuga con un caparazón lleno de bonitos dibujos, y una rana que saltaba muy alto. También había un grupo de peces de todos los colores nadando felices.

Rodolfo dijo: "¡Mira, Foti! ¡Cuántos amigos nuevos! Vamos a jugar con ellos". Foti movió su cola de alegría y juntos fueron a conocer a sus nuevos amigos.

De repente, Rodolfo notó que los peces parecían preocupados porque el agua del estanque se estaba acabando. "¡Oh, no!" dijo Foti, "¿Cómo podemos ayudar?".

Rodolfo pensó y pensó, y entonces tuvo una gran idea. "Podemos recoger agua de la fuente del parque y traerla aquí para llenar el estanque". Foti estuvo de acuerdo, y juntos comenzaron a trabajar.

Rodolfo y Foti tomaron pequeñas cubetas y, con la ayuda de la tortuga y la rana, empezaron a llevar agua desde la fuente hasta el estanque. Trabajaron y trabajaron, y poco a poco el estanque se llenó de nuevo.

Los peces estaban muy contentos y agradecidos. Todos los animales del parque se reunieron para celebrar. La tortuga, la rana, los pájaros y hasta el pato se unieron a la fiesta. Rodolfo y Foti aprendieron que, aunque eran diferentes, todos podían trabajar juntos para resolver un problema.

Al final del día, Rodolfo y Foti se fueron a casa muy cansados, pero felices. Habían hecho nuevos amigos y habían aprendido que la diversidad hace que el mundo sea un lugar más hermoso.

Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

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