Mikaela, Osvaldo y el Sueño de las Estrellas

por Osvaldo Navarro
3 abr 2025
Mikaela, Osvaldo y el Sueño de las Estrellas

Había una vez, en un pequeño pueblo rodeado de montañas y ríos, dos amigos inseparables llamados Mikaela y Osvaldo. Mikaela era una niña con una imaginación tan grande como el cielo estrellado, y Osvaldo era un niño curioso que siempre buscaba respuestas a las preguntas más difíciles. Ambos compartían un sueño muy especial: querían volar hasta las estrellas.

Una noche, mientras observaban el cielo desde el jardín de Mikaela, ella dijo: "¿Te imaginas cómo sería tocar una estrella, Osvaldo?". Osvaldo, con los ojos brillantes, respondió: "¡Sería increíble! Podríamos ver el mundo desde allá arriba y descubrir todos sus secretos".

Decididos a cumplir su sueño, los dos amigos comenzaron a construir una nave espacial en el cobertizo del abuelo de Osvaldo. Usaron cajas de cartón, papel de aluminio y un viejo telescopio que encontraron en el ático. Trabajaron día y noche, riendo y soñando juntos, mientras el amor y la amistad que los unía crecía con cada estrella que aparecía en el cielo.

Finalmente, llegó el gran día. Con sus trajes espaciales hechos de sábanas y cascos de cocina, Mikaela y Osvaldo se subieron a su nave espacial. "¡Contaré hasta tres y despegamos!", dijo Osvaldo emocionado. "Uno, dos, tres... ¡Despegue!".

Aunque la nave no se movió físicamente, en sus corazones, Mikaela y Osvaldo volaron más alto que nunca. Cerraron los ojos y, de repente, se encontraron flotando entre las estrellas. Las luces brillaban a su alrededor, y las constelaciones les susurraban secretos del universo.

Mientras exploraban, se encontraron con una estrella muy especial que parecía estar triste. "¿Por qué estás triste, estrella?", preguntó Mikaela con dulzura. La estrella respondió: "Estoy sola aquí arriba. Veo a todos desde lejos, pero nadie me visita".

Osvaldo, con su corazón lleno de bondad, dijo: "No estás sola. Nosotros estamos aquí contigo". Mikaela agregó: "Y siempre puedes contar con nosotros. Te visitaremos cada noche en nuestros sueños".

La estrella sonrió, y su luz se volvió más brillante que nunca. "Gracias, amigos. Ahora sé que nunca estaré sola", dijo con gratitud.

Cuando llegó el momento de regresar, Mikaela y Osvaldo abrieron los ojos y se encontraron de nuevo en el cobertizo. Aunque no habían dejado el suelo, sabían que su viaje había sido real en sus corazones.

Desde ese día, cada noche, Mikaela y Osvaldo miraban al cielo, sabiendo que su amiga estrella los esperaba. Y aunque no volaron físicamente a las estrellas, su amor y amistad los llevó más lejos de lo que jamás imaginaron.

Así, Mikaela y Osvaldo aprendieron que los sueños pueden hacerse realidad cuando se comparten con alguien especial, y que el amor y la amistad son las fuerzas más poderosas del universo.

Inicia sesión para calificar esta historia