Santino, el Bebé Prematuro Fuerte

por Brenda
2 abr 2025
Santino, el Bebé Prematuro Fuerte

Había una vez, en un pequeño pueblo lleno de árboles y flores, un bebé llamado Santino. Santino era un bebé muy especial porque había llegado al mundo antes de lo esperado. Aunque era pequeño, era muy fuerte, inteligente y siempre tenía una gran sonrisa en su carita.

Santino vivía con su mamá Brenda y su papá Diego, quienes lo amaban con todo su corazón. Desde el primer día, Brenda y Diego sabían que Santino era un luchador. A pesar de ser un bebé prematuro, Santino siempre encontraba la manera de mostrar su fortaleza y alegría.

Cada mañana, Brenda le cantaba canciones suaves mientras lo acunaba en sus brazos. Santino escuchaba atentamente, moviendo sus manitas al ritmo de la música. Diego, por su parte, le contaba cuentos sobre aventuras mágicas y animales del bosque. Santino siempre escuchaba con los ojos bien abiertos, como si entendiera cada palabra.

Un día, Brenda y Diego decidieron llevar a Santino al parque por primera vez. Querían que su pequeño explorador viera el mundo que lo rodeaba. Al llegar al parque, el sol brillaba y los pájaros cantaban alegremente. Brenda colocó a Santino en su cochecito y comenzaron a pasear por el sendero.

Mientras caminaban, Santino miraba todo con curiosidad. Observaba las hojas de los árboles moviéndose con el viento y las mariposas revoloteando de flor en flor. De repente, una ardilla traviesa se acercó corriendo y se detuvo justo frente a Santino. La ardilla lo miró con sus ojos brillantes y Santino le sonrió. Era como si la ardilla supiera que Santino era un bebé especial.

Brenda y Diego se detuvieron para que Santino pudiera disfrutar del momento. La ardilla, al ver la sonrisa de Santino, comenzó a hacer pequeños saltos y piruetas, como si estuviera haciendo un espectáculo solo para él. Santino se rió y aplaudió con entusiasmo, encantado con su nuevo amigo.

Después de un rato, la ardilla se despidió y corrió hacia los árboles. Brenda y Diego continuaron su paseo, felices de ver a su hijo tan contento. Sabían que Santino era un bebé fuerte y que, aunque había comenzado su vida con algunos desafíos, siempre encontraría la manera de superarlos con su inteligencia y alegría.

Al regresar a casa, Brenda y Diego acostaron a Santino en su cuna. Mientras dormía, soñaba con el parque, las mariposas y su amiga la ardilla. Brenda y Diego se miraron y sonrieron, agradecidos por tener a un hijo tan especial.

Desde ese día, cada vez que iban al parque, Santino buscaba a su amiga la ardilla. Y aunque no siempre la veía, sabía que el mundo estaba lleno de sorpresas y que, con su fuerza y felicidad, podría enfrentarse a cualquier cosa.

Así, Santino creció rodeado de amor, aventuras y la certeza de que era un bebé fuerte, inteligente y muy feliz.

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