El Dragón Feroz y el Secreto de la Amistad

En un reino lejano, más allá de las montañas y los ríos, vivía un dragón llamado Drako. Drako era conocido por ser un dragón feroz y vengativo. Cada vez que alguien se acercaba a su cueva, Drako lanzaba llamaradas de fuego al cielo, asustando a todos los que osaban perturbar su tranquilidad.

Un día, una pequeña niña llamada Lila decidió que quería conocer al dragón. Lila era valiente y curiosa, y había escuchado historias sobre Drako desde que era muy pequeña. "¿Por qué será tan feroz?", se preguntaba Lila. Así que, un soleado día de primavera, Lila se armó de valor y caminó hacia la cueva de Drako.

Cuando llegó, Drako ya estaba preparado para asustarla. "¡Vete de aquí, pequeña humana!", rugió Drako, lanzando una gran llamarada al cielo. Pero Lila no se asustó. En lugar de correr, se quedó quieta y miró al dragón con una sonrisa.

"Hola, Drako", dijo Lila con voz suave. "No he venido a hacerte daño. Solo quiero conocerte".

Drako se sorprendió. Nadie había hablado con él de esa manera antes. "¿Por qué no tienes miedo de mí?", preguntó Drako, bajando la voz.

"Porque creo que detrás de tus llamas y rugidos, hay un dragón que solo necesita un amigo", respondió Lila.

Drako se quedó en silencio por un momento. Nadie había intentado ser su amigo antes. Siempre había estado solo, y eso lo había hecho sentir triste y enojado. Pero ahora, aquí estaba esta pequeña niña que no solo no le temía, sino que quería ser su amiga.

"¿Amiga?", preguntó Drako con un tono de incredulidad.

"Sí, amigo", afirmó Lila. "Podemos jugar juntos y compartir historias. Yo te contaré sobre el mundo fuera de tu cueva, y tú me enseñarás a volar en tu espalda".

Drako pensó que eso sonaba maravilloso. Así que, con un gran suspiro, apagó sus llamas y sonrió por primera vez en mucho tiempo. "Está bien, Lila. Seremos amigos".

Desde ese día, Lila y Drako pasaron mucho tiempo juntos. Lila le enseñó a Drako sobre la bondad y la alegría de tener amigos. Drako, a su vez, le mostró a Lila la belleza del mundo desde lo alto del cielo.

Con el tiempo, la gente del reino dejó de temer a Drako. Comprendieron que no era un dragón feroz y vengativo, sino un amigo leal y protector. Y todo gracias a la valentía y el corazón amable de una pequeña niña llamada Lila.

Y así, el dragón feroz encontró la felicidad en la amistad, y el reino vivió en paz y armonía.