Camilo y Carmelo: Amigos en la Granja

En un pueblito de España, había un viejito muy simpático que vivía solo en su granja. Un día, mientras caminaba por su granja, se encontró con un perrito de aspecto muy gracioso. El perrito lo seguía con una gran sonrisa, y el viejito decidió quedarse con él. Lo llamó Camilo.
Camilo era un perrito muy obediente y compañero. Todas las mañanas, despertaba al viejito lamiéndole los pies. Era un perrito travieso y alegre.
Un día, el viejito decidió viajar para ver a su familia. Dejó a Camilo solo en la granja por unos días. Camilo se sintió triste y aburrido sin su amigo el viejito.
Mientras paseaba por la granja, Camilo vio que a unas cuantas corridas había otra granja. Allí vivía Carmelo, un carnero muy travieso. Camilo se acercó y se presentó: "Hola, soy Camilo, el perrito del vecino".
Carmelo respondió con entusiasmo: "Hola, Camilo. Yo soy Carmelo, un carnero muy travieso". En ese momento, se hicieron muy amigos.
Camilo y Carmelo vivieron muchas aventuras juntos. Descubrieron lugares nuevos y jugaron por toda la granja. Hicieron travesuras, pero siempre se cuidaban el uno al otro.
Cada vez que el viejito se iba, Camilo ya no se entristecía. Sabía que contaba con la gran compañía de su amigo Carmelo.
Camilo y Carmelo aprendieron que tener un amigo es muy especial. Juntos, compartieron risas y momentos felices en la granja.
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