El Corazón de Micaela

Había una vez una niña llamada Micaela que vivía en un pequeño pueblo rodeado de colinas verdes y flores de todos los colores. Micaela era conocida por su sonrisa brillante y su risa contagiosa, pero un día, su corazón se llenó de tristeza. Alguien a quien ella quería mucho había roto su corazón, y desde entonces, Micaela dejó de sonreír como antes.
Un día, mientras Micaela paseaba por el parque, conoció a un niño llamado Osvaldo. Osvaldo era un niño alegre y siempre estaba buscando formas de hacer reír a los demás. Cuando vio a Micaela sentada sola en un banco, decidió acercarse.
"Hola, Micaela," dijo Osvaldo con una sonrisa. "¿Te gustaría jugar conmigo?"
Micaela miró a Osvaldo con desconfianza. "No, gracias," respondió ella, mirando hacia otro lado.
Osvaldo no se rindió. Sabía que Micaela estaba triste y quería ayudarla. Así que, cada día, Osvaldo pensaba en nuevas maneras de hacerla sonreír. Un día le llevó un ramo de flores, otro día le contó un chiste muy gracioso, y otro día le mostró cómo hacer figuras con globos.
Al principio, Micaela no estaba segura de las intenciones de Osvaldo. "¿Por qué haces todo esto?" le preguntó un día.
Osvaldo respondió con sinceridad: "Porque quiero que vuelvas a sonreír. Sé que alguien te hizo daño, pero quiero que sepas que no todos son así. Yo solo quiero ser tu amigo."
Micaela se quedó pensando en lo que Osvaldo había dicho. Poco a poco, comenzó a darse cuenta de que Osvaldo realmente quería ser su amigo y que sus intenciones eran sinceras.
Un día, mientras caminaban juntos por el parque, Micaela se detuvo y miró a Osvaldo. "Gracias, Osvaldo," dijo ella suavemente. "Gracias por no rendirte conmigo."
Osvaldo sonrió ampliamente. "Siempre estaré aquí para ti, Micaela."
Desde ese día, Micaela y Osvaldo se volvieron inseparables. Micaela comenzó a sonreír de nuevo, y su corazón, que una vez estuvo roto, comenzó a sanar gracias a la amistad sincera de Osvaldo.
Y así, en el pequeño pueblo rodeado de colinas verdes, Micaela y Osvaldo demostraron que la verdadera amistad puede curar incluso las heridas más profundas del corazón.
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