Beni y la Miel Rosa Mágica

por maria davila
2 jul 2025
Beni y la Miel Rosa Mágica

En un rincón de la selva, Beni, el oso más pequeño y curioso, disfrutaba de su dulce manjar favorito: la miel que goteaba de un árbol alto y frondoso. "¡Mmm, qué rica la miel de este árbol!", exclamó Beni, relamiéndose los labios. Después de saborear su porción, decidió buscar a sus amigos para jugar.

Una tarde, mientras corrían y reían, Beni y sus amigos descubrieron una cueva con una entrada enorme. La curiosidad los invadió y decidieron entrar para explorar. Recorrieron cada rincón de la cueva, hasta que en un rincón oscuro encontraron un pequeño pájaro de colores vibrantes, verde y fucsia, que parecía preocupado.

Beni, siempre amable, se acercó y preguntó: "¿Qué te pasa, pajarito?". El pajarito, que se llamaba Pidió, respondió con un suspiro: "Se ha perdido la miel rosa. La necesito para darle a los árboles".

Beni y sus amigos se miraron confundidos. "¿Para qué le darías miel a los árboles?", preguntaron al unísono. Pidió los guió más adentro de la cueva, donde había un jardín secreto con pequeños árboles creciendo. "Para llevarlos afuera y que crezcan fuertes, necesito la miel rosa", explicó Pidió.

Decididos a ayudar, Beni y sus amigos comenzaron la búsqueda de la miel rosa. De repente, vieron a unas hormigas cargando pequeñas gotas de miel rosa. Las siguieron hasta su nido y pidieron hablar con la hormiga reina.

La hormiga reina, al escuchar la historia, decidió devolver la miel rosa. Sin embargo, había un pequeño cambio: las hormigas habían añadido un poco de su comida especial para que los árboles crecieran aún más fuertes y con muchas hojas.

Felices, Beni y sus amigos corrieron de regreso a la cueva para darle la miel a Pidió. El pajarito, lleno de gratitud, recibió la miel con una gran sonrisa. "Gracias, amigos. Ahora los árboles podrán crecer y florecer", dijo emocionado.

Como muestra de agradecimiento, Pidió nombró a Beni y sus amigos los guardianes de la miel rosa. Desde ese día, Beni y sus amigos cuidaron del jardín secreto, asegurándose de que siempre hubiera suficiente miel rosa para los árboles.

Y así, en la selva, Beni, el pequeño oso, y sus amigos aprendieron el valor de la amistad y la importancia de cuidar de la naturaleza.

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