El Dragón Reciclador

Había una vez, en un pequeño pueblo rodeado de montañas, un dragón muy especial llamado Drago. Drago no era un dragón común; en lugar de escupir fuego, enseñaba a los niños sobre la importancia del reciclaje.

Un día, mientras volaba sobre el pueblo, Drago vio a tres amigos jugando en el parque. Eran Santi, Juan y Mica. Los niños estaban construyendo un castillo de arena, pero alrededor de ellos había muchos papeles y botellas de plástico tirados por el suelo. Drago decidió aterrizar suavemente cerca de ellos para hablarles sobre el reciclaje.

"Hola, pequeños amigos", saludó Drago con una sonrisa. "Veo que están construyendo un castillo muy bonito, pero también veo que hay mucha basura alrededor. ¿Les gustaría aprender cómo podemos cuidar nuestro parque y el planeta?"

Santi, que siempre había querido conocer a un dragón, respondió emocionado: "¡Sí, Drago! Cuéntanos cómo podemos ayudar."

Drago se sentó cómodamente y comenzó a explicar: "El reciclaje es muy importante porque ayuda a reducir la basura que termina en los vertederos y protege nuestro medio ambiente. Podemos reciclar cosas como papel, plástico, vidrio y metal."

Juan, que era muy curioso, preguntó: "¿Y cómo sabemos qué cosas se pueden reciclar?"

Drago sacó de su bolsa mágica un colorido cartel que mostraba diferentes tipos de materiales. "Miren, aquí hay una guía sencilla. El papel y el cartón van en el contenedor azul, el plástico y el metal en el amarillo, y el vidrio en el verde."

Mica, que siempre estaba dispuesta a ayudar, dijo: "¡Podemos recoger toda esta basura y ponerla en los contenedores correctos!"

Los tres amigos comenzaron a recoger los papeles y las botellas, mientras Drago les ayudaba a identificar a qué contenedor pertenecía cada cosa. En poco tiempo, el parque estaba limpio y ordenado.

"¡Lo hicieron muy bien!", exclamó Drago, aplaudiendo con sus grandes alas. "Recuerden siempre reducir, reutilizar y reciclar. Así, nuestro mundo será un lugar mejor para todos."

Santi, Juan y Mica estaban muy contentos y agradecidos con Drago. "Gracias, Drago. Ahora sabemos cómo cuidar nuestro parque y el planeta", dijo Mica con una gran sonrisa.

Drago se despidió de los niños, prometiendo regresar pronto para enseñarles más sobre cómo cuidar el medio ambiente. Los amigos se quedaron en el parque, felices de haber aprendido algo nuevo y útil.

Desde ese día, Santi, Juan y Mica se convirtieron en los guardianes del reciclaje en su pueblo, inspirando a otros niños a seguir su ejemplo. Y así, gracias a Drago, el dragón reciclador, el pueblo se convirtió en un lugar más limpio y hermoso para todos.