El Rey que Aprendió a Escuchar

by Katia Ramos
May 5, 2025
El Rey que Aprendió a Escuchar

Había una vez, en un reino lejano llamado Armonía, un rey llamado Donaldo. El rey Donaldo era conocido por su gran corona dorada y su capa de terciopelo rojo. Pero había algo más por lo que todos lo conocían: siempre quería hacer las cosas a su manera.

Cada mañana, el rey Donaldo se sentaba en su trono y daba órdenes a sus súbditos sin escuchar sus opiniones. Si quería que el castillo fuera pintado de azul, azul debía ser, aunque a los pintores les pareciera que el verde era más bonito. Si deseaba que el festival del pueblo se celebrara en invierno, en invierno se celebraba, aunque todos prefirieran el calor del verano.

Un día, mientras paseaba por el jardín del castillo, el rey Donaldo escuchó a dos pajaritos conversando. "¿Has notado que el reino está un poco triste últimamente?", dijo uno. "Sí, creo que es porque nadie puede decir lo que piensa", respondió el otro. El rey se detuvo y pensó en lo que había oído. ¿Podría ser que su manera de hacer las cosas no era la mejor para su reino?

Esa noche, el rey Donaldo no pudo dormir. Se dio cuenta de que, aunque él siempre tenía lo que quería, su pueblo no parecía feliz. Decidió que al día siguiente haría algo diferente.

Por la mañana, el rey convocó a todos los habitantes del reino a una gran reunión en la plaza del pueblo. "Queridos súbditos", comenzó el rey Donaldo, "he decidido que a partir de hoy, todos tendrán la oportunidad de compartir sus ideas y opiniones sobre cómo hacer de Armonía un lugar mejor".

Al principio, la gente estaba sorprendida. ¿El rey Donaldo quería escuchar sus opiniones? Pero poco a poco, los habitantes comenzaron a hablar. La panadera sugirió que el festival del pueblo se celebrara en primavera, cuando las flores estaban en su máximo esplendor. El jardinero propuso plantar más árboles frutales en el parque para que todos pudieran disfrutar de sus frutos. Incluso los niños participaron, pidiendo un día especial para jugar con sus mascotas en el castillo.

El rey Donaldo escuchó atentamente todas las ideas y se dio cuenta de que su reino tenía muchas personas inteligentes y creativas. Decidió implementar muchas de las sugerencias, y pronto, el reino de Armonía comenzó a florecer como nunca antes.

Los habitantes estaban más felices, y el rey Donaldo también. Descubrió que cuando todos participaban en las decisiones, el reino se convertía en un lugar más alegre y unido. Desde entonces, el rey Donaldo siempre se aseguró de escuchar a su pueblo antes de tomar cualquier decisión importante.

Y así, el reino de Armonía vivió feliz para siempre, con un rey que había aprendido que escuchar a los demás era la mejor manera de gobernar.

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